Después de un entrenamiento (o más) fuerte donde los músculos han sido sometidos a un gran estrés, la recuperación activa favorece la oxigenación y promueve la eliminación de las toxinas. Además, permite al cuerpo no quedarse inactivo y evitar el inicio del descondicionamiento, por lo que se puede continuar durante el siguiente entrenamiento sin la necesidad de hacer estiramientos. Esto es muy interesante para aquellas personas que dejan dos días de descanso durante la semana, o para las que entrenan una o dos veces por semana.
Permite mantenerse en marcha y evitar flojeras, además de los bajones morales experimentados en los días sin entrenamiento.
No se olvide de estirar
Después de una sesión de culturismo, para iniciar la recuperación metabólica, es muy importante hacer ejercicios aeróbicos en la zona muscular que se ha trabajado. Por ejemplo, después de trabajar las piernas, se recomienda hacer de 10 a 20 minutos de bicicleta a una intensidad moderada (30% a 50% del VO2 Max) para empezar a evacuar las toxinas, evitar dolores y recuperarse más rápidamente. Antes de la ducha, tendremos un momento de calma haciendo unos estiramientos pasivos, suaves, y así disminuir la temperatura corporal y recuperar el aliento.